Paul Chambers, ciudadano de la localidad de Doncaster (Inglaterra), ha sido condenado a pagar una multa de 1.200 dólares y además ha perdido su empleo debido a un mensaje que dejó en su perfil de Twitter, la popular red social de mensajes de hasta 144 caracteres.
Todo ocurrió durante el mes de enero de 2010, cuando Chambers planeaba un viaje a Irlanda del Norte, donde tenía que conocer a una chica que había conocido a través de Internet. Unos días antes y debido a un temporal de nieve, el aeropuerto de su localidad tuvo que cerrar durante unos días, y el chico reaccionó escribiendo el siguiente “tweet”: “¡Mierda!, el aeropuerto Robin Hood está cerrado. Tenéis algo más de una semana, ¡de lo contrario volaré el aeropuerto por los aires!”.
Transcurrida una semana después del mensaje, fue arrestado por la policía y acusado de graves amenazas a través de la red social. Finalmente, y después de un largo juicio se ha dado a conocer la sentencia por parte de la Justicia Británica, a pesar de los esfuerzos de sus abogados en demostrar que no era más que una broma del acusado, así como el apoyo popular que ha recibido Chambers en todo momento. Una vez más queda claro que la libertad de expresión en las redes sociales está en entredicho.